lunes, 17 de diciembre de 2012

Democracia xeneixe

El título del post iba a ser el de un lindo tango que escribió Cadícamo, musicalizó Tinelli (el bueno), y popularizó el Tata Floreal Ruiz con Pepe Basso (esto último es más controvertido, en todo caso, es mi conclusión). El tango "Por la vuelta" se hizo más popular recientemente porque una frase de su estribillo se hizo título de la peli de Campanella. Escribió Cadícamo: "el mismo amor... la misma lluvia... el mismo, el mismo loco afán..." (el libro de esa peli es de José Pablo Feinmann, que aparece en la peli tocando el piano, cosa que hace muy bien... pero eso es para otro post, digo lo que Feinmann hacía bien y lo que ha dejado de hacer últimamente).
Pero el post no es de tango ni de cine: se refiere al esperado regreso de Carlos Bianchi al banco de Boca Juniors, nada menos. No hay nada que no se haya dicho de los pasos anteriores de Bianchi por Boca. Y mientras aguardamos sus declaraciones (que serán parcas como siempre porque el fuerte de Bianchi es el fútbol, no las relaciones públicas), vale repasar lo que ha pasado aquí desde hace dos semanas. Para mantener la memoria viva. No sea cosa que mañana empiecen a ofrecernos "otro relato" y los jóvenes sin experiencia compren sin beneficio de inventario. En orden cronológico:
1. En la fase inicial de Copa libertadores, Boca empató de visitante en Venezuela con papelón de Falcioni incluido. El incidente debería habérselo llevado puesto. Entre Riquelme y los referentes del plantel le perdonaron la vida.
2. Boca marchaba entonces puntero del campeonato, avanzaba en la Copa Argentina, y seguía firme en la Libertadores. Perdió un partido increíble por 0-3 con Arsenal, que sumado a otros resultados adversos en el final del torneo le dió el título a los de Sarandí. Perdió con un poco de mala suerte la final de la Libertadores, que no supo definir en la ida cuando iba 1-0 y tuvo un par de situaciones clarísimas en los pies de Mouche y Schiavi para liquidar el partido.
3. Riquelme anunció esa misma noche que dejaba de ser jugador de Boca porque se sentía vacío. Los dirigentes celebraban su partida y Falcioni arrancaba el torneo con la posibilidad de armar el equipo a su antojo, sin Riquelme ni enganche a la vista.
4. Boca terminó quinto en el torneo local. Nunca mostró condiciones ni juego de campeón. Llegaba en cuentagotas al arco rival. Lo poco bueno de Boca venía de sus juveniles, cuando se le empezó a desbaratar el vestuario al "emperador". Cuestionó a Viatri, a Erbes, a Clemente, a Ledesma, a Rivero, por su cercanía a Riquelme. A Javi García lo echó (ese parecía ser el destino de los otros "amigos" del 10) y a Sosa lo dejaron ir. Privilegió a sus fieles, que tuvieron un campeonato horrible: Somoza, Silva y Erviti. Solo lo salvaron las apariciones de Pol Fernandez y Paredes, mas el buen final del Pichi Erbes.
5. Hace apenas dos semanas, el presidente Angelici, a pesar de estos resultados, o precisamente por esos resultados, le ofreció un año más de contrato a Falcioni. Querían al mellizo Guillermo, pero con buen tino, el 7 de oro dijo que iba a cumplir su contrato con Lanús hasta Junio, luego de haber peleado con Velez el último campeonato, que fue el de su debut. Angelici además le cerró las puertas de Boca en la cara a Riquelme. Así es, aunque parezca mentira: Angelici, un ignoto binguero recaudador de Macri y con negocios cruzados con el kirchnerismo, un gordo sin pasado en Boca, le cierra las puertas a Riquelme y se las abre a Falcioni. Se sacaron fotos en la última semana del campeonato, después de un par de buenos resultados seguidos de nada. Comieron juntos en Puerto Madero. Angelici le ofreció un año de contrato. Falcioni insinuó que sí. Riquelme denunció el pacto para eliminarlo. 
6. Entonces habló el pueblo xeneixe. Y lo que era originalmente una fiesta de agasajo a Palermo y Abbondanzieri en el entretiempo del partido contra Godoy Cruz transformó a la Bombonera en el escenario de una manifestación del pueblo boquense, con insultos a viva voz para el presidente y el DT Falcioni. Embanderado en sus dos gritos de guerra. Carlos Bianchi por Falcioni. Riquelme por Angelici.
7. Por eso, y sólo por eso, Angelici dió marcha atrás, lo convenció a Falcioni de que no era una buena idea renovar con Boca, retiró lo dicho, se rectificó, y salió a buscar a Bianchi por pedido de la Bombonera. No lo querían a Bianchi; querían al Mellizo. Macri, el que hace como si fuera jefe de gobierno de la ciudad, dijo que el DT de Boca tenía que tener 40 años. Bianchi le respondió que tiene 63...
8. Bianchi ha dicho que sí. Pasado mañana lo presentan en la Bombonera. Esperamos que él, por sobre Angelici y los dirigentes de cuarta, sea el que tenga el control de lo que pasa en el futbol de Boca. Que salgamos en los diarios por los goles y los títulos y no por el cabaret y por los puteríos del periodismo.
9. Lo que falta es el regreso de Román. Que anhelamos todos y descontamos que con Bianchi será posible. Pero con el Tolo en el Rojo, el Pelado en River, y Bianchi en Boca (mas Martino, Gareca, el propio Guillermo) el campeonato argentino se jerarquiza, al menos en los bancos de suplentes.

Cada vez que reaparece una vieja gloria lo celebramos por partida doble. Por la expectativa de que repitan y porque al ponernos viejos empezamos a ver aquellas páginas amarillas con más oro del que entonces creíamos que tenían. Ni Bianchi será aquel Bianchi ni Román aquel Román, pero es bueno que haya un poco de justicia en la Boca, que se escuche al hincha de verdad y no a los que están pagos (que, como los que están pagos en otros lados, tienen conflictos de intereses para ser verdaderamente independientes). Para Bianchy y para Riquelme es el último desafío. Nos han hecho ganar todo. Esto que esperamos que sea una alianza virtuosa es la chance que se dan de irse de Boca con toda la gloria. Que se nos dé.

martes, 11 de diciembre de 2012

El que sabe, sabe, y el que no es presidente

No vamos a hablar de política nacional. Vamos a hablar de lo que sabemos.
Angelici confirmó la capitulación frente al Bombonerazo que le hicimos el sábado. Por un momento se acordó de la democracia y le dió la derecha al pueblo boquense, que no quiere a Falcioni. Hizo marcha atrás en su ofrecimiento de renovación contractual y - de común acuerdo - resolvieron que Falcioni ya no es más el DT de Boca.
No puede pensarse en el acto de Angelici como uno de demagogia, porque el desdén por el equipo de Falcioni se manifestó muchas veces, en las redes sociales y en la cancha misma. En parte puede ser que Macri y Angelici adviertan que si los hinchas de verdad piden a Riquelme y a Bianchi es porque están disconformes. En esto revelan ser un poco mejores que sus colegas políticos que se arman actos a favor y luego les dicen a sus fieles: "si ustedes no aflojan yo tampoco aflojo". Angelici y Macri podrían decir que la 12 no cantó a favor de Riquelme y de Bianchi sino a favor de Boca. Pero se dan cuenta que la opinión que verdaderamente cuenta cuando hablamos de democracia es la voz de los que no son clientes, becarios, o súbditos.
Sin embargo, en su conferencia de prensa de anoche, Angelici deslizó que fue "la cadena nacional de Riquelme" la que predispuso a los hinchas a insultar a Falcioni y al propio Angelici. Repite aquí Angelici la fórmula de la presidenta de la nación. Piensan que somos idiotas a los que no dicen lo que tenemos que hacer. Piensan que no podemos pensar por nosotros mismos. Es natural que piensen así porque, como reza el dicho, "el ladrón piensa que todos son de su clase". Para quienes están acostumbrados a que les digan todo que sí, para los que disponen lo que es verdad y lo que es mentira por decreto, siempre es una piedra en el zapato que alguien les diga que piensa diferente, sean ellos periodistas, jueces de la nación, hinchas o jugadores de fútbol. Pero se equivocan. Y es bueno que le presten atención al testimonio de los que no somos pagos, de los que somos independientes de verdad.
Boca no ha jugado a nada en todo el período de Falcioni como DT, excepto cuando estuvo Riquelme en la cancha. Ganó algunos títulos - uno invicto - y disputó una final de Libertadores que pudo ganar. Eso fue todo y es tiempo de cambiar.
Que el cambio quede en manos de estos dirigentes es, ciertamente, peligroso. Porque no saben de fútbol. Macri le debe a Bianchi y a Riquelme (y a algunos, desde Bermudez a Palermo, de Guillermo Barros Schelotto a Samuel) toda su gloria política. Probó con Bilardo y fracasó. Probó con Veira y el fue mal.
Angelici debería, al menos, reparar en esa experiencia. Porque, al igual que Ameal, que Macri y que la mayoría de estos dirigentes, no entiende nada de fútbol. Porque, como dijo el Flaco Menotti de Niembro y Victor Hugo, uno ni siquiera se los imagina vestidos de jugador de fútbol. Son buenos para hablar de guita y de poder. Eso sí que saben. Son maestros. Usan a Boca como trampolín. Macri para acumular poder. Angelici, supongo, guita.
Conozco a Martucci de su paso por el gobierno de la Alianza, cuando era la mano derecha del ministro del interior, Federico Storani. Sin adjetivar, que sea Martucci el Secretario General de Boca revela de manera contundente a qué vino Angelici a Boca. Porque si vos me decis que sos un Passarella, un tipo que sabe todo de este deporte y necesita rodearse de alguien que entienda de rosca todo bien. Pero si sos Angelici, lo mínimo que necesitas es, para citar un caso exitoso, un Bassedas. Ahí está la diferencia. Velez gano todo, entre otras cosas, porque sus dirigentes comprenden que el fútbol es de los jugadores. Entonces traen a Bassedas de manager, lo dejan resolver, y traen a Gareca y le hacen un contrato de largo plazo. Y ellos, los dirigentes de Velez, pienso en Raffaini, están de paso. No usan a Velez como usina ni como tribuna política. Están un par de años y vuelven a sus oficios particulares. No piensan en reelección ni en re-elección, ni en cambio de estatutos ni en reformas constitucionales, ni en apretar a la corte. Así ganan campeonatos.
Hoy, aunque parezca una ironía, River está en mejores manos que Boca. Passarella sabe que no tiene nada pero mira partidos de fútbol y sabe lo que se juega en el sillón que ocupa. Angelici es un zombi, o un títere, que piensa que es Riquelme el que nos lleva de las narices a putear a Falcioni.
Que viene ahora? Lo que venga será mejor. Bianchi es difícil, aunque no me imagino que estos perejiles se puedan animar siquiera a sugerirle condicionamientos futbolísticos (como no contar con Román). Arruabarrena es de la casa. Gareca no. En estas discusiones se advierten las diferencias entre los verdaderos hinchas de Boca y los de cartón (categoría que incluye a jóvenes que no se preocupan por alfabetizarse, futbolísticamente hablando). Gareca y Ruggeri son malas palabras.
Guillermo Barros Schelotto y Cagna son ambos candidatos respetables, pero por el momento están ocupados. Y Bianchi y el Vasco son buenos amigos y admiradores de Román. Uno no se los imagino prescindiendo del 10. Por eso, la sabiduría popular le aconseja a Angelici dedicarse a lo que sabe, seguir facturando y dejarle el fútbol a los que junan de esto. Total, mientras siga siendo presidente de Boca siempre habrá lugar en la foto de campeones para acomodarse y anotarse el poroto.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Se puede


Interrumpimos este largo silencio, que coincide con el silencio ausente de JRR, para celebrar lo que los medios anticipan como la primera victoria del pueblo xeneixe respecto de su dirigencia. Jorge Amor Ameal puso al frente de Boca a Julio Cesar Falcioni. Y el binguero Angelici, parece, le ofreció renovar su contrato esta semana en una cena en Puerto Madero que el presidente de Boca se ocupó de difundir ampliamente, fotos mediante.
Para los que contábamos los días para la salida de Falcioni, esa noticia fue un cachetazo descorazonador. Para Román fue una afrenta que, desencajado, salió a criticar, perdiendo su habitual compostura. Estaba y está enojado Román. Y con razón. Porque dió el paso al costado para no cargarse al DT y demostrar que Boca no juega a nada si no juega Riquelme. Y con los números en la mano, los de la tabla de posiciones y los de la cantidad de pases y tiros al arco del Boca de Falcioni, esperaba la salida de Falcioni en este fin de año, sin nadie que lo defienda que no sean sus incorporaciones (Somoza, Erviti, y Silva, de paso olvidable por Boca).
Ayer, a pesar del calor, después de mucho tiempo, volví a la cancha de Boca. A despedir al Flaco Schiavi (el "se puede" también vale para él, que jugo en Chile aquel partido de vuelta en 2003 con apendicitis) y a putear a Falcioni, a pedir que se vaya. Los mercenarios de la 12, los empleados de Angelici, los beneficiario$ de Palermo y demás cómplices, los punteros del peronismo, del kirchnerismo y del macrismo, nos taparon cada vez que gritamos por Román y por Bianchi. No por desmemoriados, porque en esa época ganaban fortuna$. Sino porque nunca recibieron "subsidios" de JRR y del Virrey. Pero el amor le gana a la violencia. Y la razón le gana al fanatismo de los que gritan "cantá por Boca la puta que te parió" pero no cantan por Boca cuando les piden lo contrario.
Lo de ayer, como tantas veces antes, renueva el quiebre entre los hinchas de Boca de verdad y la barra brava. Y el abismo que separa al pueblo de Boca de sus dirigentes, de los macristas y de los kirchneristas (que, por otra parte, en la CABA votan siempre juntos en los negocio$ importantes). Ellos son los que hacen ruido, los que salen en los diarios. Ellos los que gritaban por Maradona o por Palermo cuando nosotros bancábamos a Román. Pero el amor es más fuerte.
Hoy, retomo desde donde empezaba, comienza a sugerirse que ni el improvisado Angelici quiere ir para adelante con la renovación de Falcioni ni Falcioni se banca que vayamos afinando las gargantas en este fin de 2012 para ir a la cancha nada más que a putearlo. Enhorabuena si es así. Aunque es una pena que nos fuercen a hacer esto, a ir a putear en nuestra casa, para hacer lo que es justo.
No sé si Bianchi querrá volver a Boca. Pero Román sí quiere y se merece volver. No por su pasado, que lo ha hecho el mejor jugador de la historia de Boca. Sino por su presente reciente, que lo ha hecho el mejor jugador del actual plantel de Boca.
Si Angelici quiere prescindir de él, como presidente de Boca y no de un clubcito de la B, tiene que traer a uno tan bueno como Riquelme. De lo contrario, y no ya por una cuestión de justicia sino por su propio interés, económico y deportivo, se tiene que tapar la nariz ydevolvernos al ídolo. Que nos devuelva la alegría de verlo jugar, todavía cerca de la plenitud, los últimos meses de su carrera. Que le dé las llaves del club, como se la dieron a Verón en Estudiantes, al Bocha en Independiente, aal Beto Alonso en River.
Porque el fútbol es de los jugadores. Ni de los dirigentes ni de los técnicos. Si Boca, con Riquelme, no vuelve a jugar una final de Libertadores en el 2013, se puede reconsiderar su presencia. Pero hoy, incluso desde el punto de vista estrictamente deportivo, sin pensar en el pasado, sin afectos de por medio, Román sigue siendo la mejor, la única esperanza, de este Boca que se arrastra por la cancha sin ánimo y sin jerarquía, sin hilvanar tres pases seguidos.
En tren de buscar reemplazantes - con la prudencia de saber que por ahí son trascendidos y vuelven a dejarnos con las ganas - espero que sea el turno del vasquito Arruabarrena, a quien seguimos desde que jugaba en la Candela en la sexta. Entonces le decían Bordet, por aquel rubio con rulos de oveja que jugaba en el Boca de los 80. Fue parte del Boca glorioso de Bianchi, de la gran campaña del Villarreal de España, y - ya de vuelta a Argentina - de aquel gran equipo de Tigre de Diego Cagna que peleó el campeonato del 2008 con el Boca de Ischia y el San Lorenzo de Russo. Su Tigre jugó un fútbol exquisito, con Cachete y con Román Martínez, con el poco material que tuvo a mano.
Con la banda de Román y los pibes que piden pista desde abajo, este Boca está llamado a llevarse todo de nuevo si agarra el timón alguien de la casa - Bianchi también lo es - con el temple necesario para jugar a lo Boca y para reponer al Topo Gigio en su lugar.
Que así sea.
 

sábado, 25 de agosto de 2012

La felicidad de Grondona (y de Etchegaray)

Con una cara de piedra que conmueve, Julio Grondona acaba de declarar que, respecto de los jugadores que no jugarán este fin de semana por la investigación de la AFIP:
La AFA está feliz que esto suceda y que se revise todo, éste es un entramado muy difícil. Estoy muy feliz porque solo no se puede hacer nada. Yo hablé con el titular de la AFIP y le brindé los nombres de las personas que se dedican a la compra y venta de jugadores.
Fernando Raffaini, ex-presidente de Vélez y abogado, es un tipo íntegro al que vale la pena escuchar. Para medirlo alcanzo con decir que, a diferencia de algunos (y de algunas), no se hizo reelegir cuando se le venció el mandato y se volvió a su casa y a ejercer su profesión. Ni Grondona, ni Cristina Fernandez de Kirchner, ni el Sr. Etchegaray (ahora preocupado por perseguir al cineasta Eliseo Subiela, al que acusa de "lustrabotas", proyectando sus rasgos de personalidad... ver acá). 
En fin, Raffaini explica acá, como y porqué Grondona miente. 

jueves, 23 de agosto de 2012

Disfrutarlo mientras dure

Aunque sigamos de duelo, es justo darle a Juan Sanchez Miño la caricia que se merece, por tanta jerarquía. Desde su primer día en la Primera de Boca hemos pedido por él. Imploramos borrar a Roncaglia primero y Sosa después para corrar a Clemente a la derecha y Sanchez Miño a la izquierda. Hoy es, por lejos y junto con Viatri, el mejor jugador de Boca. Esta delicia de anoche frente a Independiente es, apenas, una prueba más.



Ya hemos hablado de sus condiciones. Y de su jerarquía. Que no pasa solamente por sus formidables condiciones técnicas sino, sobre todo, por su carácter, por su temple, porque no le quema la pelota en los pies, porque muestra el aplomo de un experimentado. Y con la camiseta de Boca. Conociendo a Angelici y los suyos, probablemente le queda poco con la azul y oro. Será entonces el tiempo de verlo con la celeste y blanca. Que le siga haciendo caso a Román:

lunes, 13 de agosto de 2012

Todo tiene un final

Cada uno tiene su deporte favorito (luego del fútbol, claro). En nuestro caso, seguimos el basquet desde la época de digamos, los Cortijo, los Uranga, los Diego Maggi, los De La Fuente, los Espil. Disfrutamos de la generación dorada y nos levantamos esta mañana a esperar una nueva hazaña, frente a Rusia, por el bronce. Pero no pudo ser. Emanuel Ginóbili volvió a ser el estandarte del equipo. Se jugó todas las bolas decisivas del último cuarto, luego de tres cuartos de gran paridad. Con sólo 43 segundos para el final, Manu anotó para poner a Argentina 77-76. Rusia pidió minuto y volvió sin jugada de laboratorio: Shved se cuadró y clavó un triple limpito para el 79-77. Argentina tenía tiempo para resolver casi como quería, aunque los 36 segundos restantes le daban en teoría una posesión final a los rusos. Manu volvió a intentar. Por dos veces. Pero esta vez no tuvo el claro. La limpió para Scola, quien a su vez dejó solo en la esquina a Chapu Nocioni. Como en el Mundial del 2005 frente a España, el tiro desde la esquina de Chapu coqueteó pero se fue afuera. Argentina volvió a recobrar la pelota, pero esta vez la perdió Prigioni. Y así se esfumó la chance del bronce en menos de un minuto.
Así de triste. Así de triste como se terminan estos juegos olímpicos de Londres (para nosotros). Con nuevos records de Boldt y Michael Phelps. Con resultados previsibles para Argentina, excepto por el oro del correntino Sebastián Crismanich. La plata de las Leonas era posible (la meta era el oro). El bronce de Delpo, un sueño. Una medalla en el yachting era imaginable. El bronce del basquet, está visto, una quimera.
Para los que somos casi solamente futboleros es difícil adjudicarnos legitimidad moral para opinar sobre los otros deportes olímpicos. Pero el asunto aquí es que en nuestra condición de ciudadanos y consumidores de servicios de telefonía celular nos han impuesto una ley, la 26.573, promulgada el 2 de diciembre de 2009, para crear y financiar el Enard, el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo. Lo recaudado por ese impuesto, que son millones, no pasa por la AFIP ni va a Rentas Generales. Va directamente al COA que - oh casualidad - está manejado por un Sr. Werthein que es, además, el presidente de Telecom!!!! Esta gente cree que no se va a ir nunca, que las reelecciones y la salud son eternas, que el 54% es patente de corso, y entonces ni siquiera se toman el trabajo de caretearla un poco. Total, solamente estamos cediendo 10, 20 mangos por más al presi de Telecom en nuestras facturas de teléfonos celulares. Para cualquier fulano como nosotros es más barato hacernos los boludos que llevar al Estado a juicio. Y del medallero olímpico no se ocupa nadie. Ni siquiera los medios "destituyentes".

En fin, volvamos a la generación dorada. Queda una enorme deuda de gratitud por tanta gloria y por tantas alegrías. Y queda ese derroche de dignidad, con el resultado puesto, sin medalla, reconociendo la superioridad de Rusia y dejando de lado el fallo dudoso final de los árbitros por la falta a Prigioni. A fuer de ser reiterativos, es esa dignidad, esa entereza, la que nos sigue conmoviendo, aún en la derrota:

"Sigo pensando que es bueno perder con dignidad, mantener la unión que tenemos en el equipo. Con este equipo me siento totalmente orgulloso cuando ganamos y festejamos, pero cuando perdemos también. El respeto por el de al lado es enorme y es un placer ser parte de este equipo. Competimos como se debe, supimos perder. Nos podemos mirar tranquilamente a la cara y mirar tranquilamente a nuestros rivales."


lunes, 6 de agosto de 2012

Un Bronce que vale Oro

Confirmando nuestros pronósticos (ver acá), Juan Martín Del Potro completó la hazaña iniciada el viernes en el duelo interminable contra Federer por las semifinales, ganándole en sets corridos a Nole Djokovic el partido por el bronce en Londres.
Redondeó una semana gloriosa, para la historia. Ganándole sin discusión al número 2 del mundo y protagonizando con el número 1 el partido más largo y encarnizado de la historia del tenis olímpico. Confirmó que está, nuevamente, para pelear cosas grandes. En un momento interesantísimo para conseguir cosas grandes, porque se vienen primero el US Open, que Delpo ya ganó, y luego la semifinal de la Davis en Parque Roca.
Y, para el chauvinismo dominante, Delpo consiguió ayer la primera medalla para Argentina y nos sacó del triste grupo de países que ni siquiera han conseguido una. No es poco. Y Del Potro lo sabe. Por eso llora como un chico a pesar de que, en términos deportivos, lo que ha ganado para sí mismo - en lo personal, digo - es un título menor, que equivale a una semifinal de torneo grande.
Pero las lágrimas de Delpo se explican desde lo que esta medalla significa para Argentina. Y confirman que Juan Martín Del Potro se suma al grupo honorable de deportistas de elite nacidos en nuestro país que se destacan por su excelencia dentro y fuera de la cancha. Que también integran Lionel Messi, Luis Scola, Luciana Aymar, Emanuel Ginóbili, Sergio Maravilla Martínez. Son los que no venden humo. Los que hablan en la cancha. Los que representan un modelo de argentinidad al que deberíamos aspirar pero que nunca se impone. Los pecho fríos.

PD1: De Boca no hablaremos por el momento, para que no nos acusen de estar esperando su derrota para una suerte de "escarmiento divino" de Falcioni y Angelici. Pero después del fixture facilongo que le armaron a Boca en la AFA - recordemos que ya no se sortea el fixture, que las fechas del fútbol se hacen más a dedo que las listas del Frente para la Victoria - lo menos que se esperaba de Boca era un triunfo frente al último, y de casualidad ascendido, Quilmes. Se viene la final de la triste Copa Argentina. Y el debut en la Bombonera sin Román. Para Falcioni puede ser la última semana en Boca. Pero ni sueñen con algo parecido para el gordito Angelici: ese vino para quedarse, para recaudar. Con los mismos bríos de Abdo, hoy retornado a la actividad privada.

PD2: Y de River mejor no hablar, para no ser sospechados de tirar mala onda. Basta con mirar el final del partido para confirmar, aquí también, que lo que Boca y River no producen en la cancha lo tienen asegurado en los arbitrajes y desde los escritorios de Viamonte, donde Don Julio se sigue haciendo reelegir... otra metáfora de esta Argentina que depende del sacrificio de Delpo para llevarse una medalla.

viernes, 3 de agosto de 2012

El mejor argentino en Londres (made in Tandil)

Juan Martín del Potro es bostero fanático. Y como buen bostero sabe que el pasado semestre de Boca terminó con sabor amargo. Porque aunque es muy difícil jugar tres finales, si no se gana ninguna queda un sentimiento de fracaso. Injusto, pero real.
Pues bien, su partido épico de hace un rato nomás ante Roger Federer ya ha quedado en la historia como el partido de tenis más largo de un juego olímpico. Podrá o no llevarse el bronce contra el perdedor de Djokovic y Murray. Pero ya se ganó el Oro en el corazón de los argentinos, por esa batalla de cuatro horas y media.
Cuatro horas y media por un partido de tres sets? En Wimbledon? Así fue, amigo.
Delpo se llevó el primero 6-3, casi sin errores y muy sólido en el saque. Perdió el segundo set en el tie break, sin ceder ni una vez el servicio, por sólo un mini-quiebre. Y el último set... fue interminable. Más de dos horas de juego. Jugaron 36 games. Terminó 19-17 para el mejor jugador de la historia de este deporte y actual número uno del mundo, el suizo Roger Federer.
Para advertir la paridad del juego de Delpo contra el mejor del mundo, para dimensionar esta derrota, hay que recordar que Federer quebró el saque del argentino sólo una vez en el partido, en el game 35 del tercer set. Para darse cuenta del descomunal partido de Federer, hay que tomar nota de los 24 aces que sirvió en este partido (sí, 24 aces, el equivalente a 6 puntos seguidos, es decir, un set).
Federer corrió este mediodía de Londres más que Nadal y Ferrer juntos. Sacó como Sampras e Ivanisevic. Y jugó y pensó el partido... como Federer. Quiere la de oro. Y se la merece.
Pero la actuación de Delpo fue grandiosa. Leo en los foros a algunos argentinos que parecerían festejar esta derrota, que invocan a Nalbandián (quién perdió, en estos mismos juegos, el primer día de partido, en el single y en el doble, en sets corridos, sin dar pelea). Sólo por eso no vale la pena tomarse el trabajo de considerarlos en serio.
Ya lo habíamos anticipado (ver acá) que el medallero argentino estaba en las manos de "La torre de Tandil", como le dice Frana. A pesar del esfuerzo y de tener que jugar por el bronce mañana mismo, entre las lágrimas por esa derrota injusta (injusto que no pueda haber dos ganadores, digo), acaba de declarar antes de jugar, dentro de un rato, el partido de dobles mixto con Gisela Dulko: "Por respeto a Gisela, voy a tratar de olvidarme de esto por un rato y jugar el partido de dobles mixto".

lunes, 30 de julio de 2012

El oráculo de Cardona y el picadito en la ESMA

Supongamos, amigo lector, que lo descubren haciendo algo moralmente objetable. Digamos que lo descubren metiendo la mano en la lata, traicionando a un amigo, cagando a su pareja, etc. Supongamos que quien lo acusa tiene prueba documental que lo incrimina: está grabado. Uno puede imaginar formas diversas de defenderse frente a la acusación, pero la que cae de maduro es la de desmentir la prueba. Porque fue obtenida bajo condiciones que la invalidan (por ej., bajo tortura), porque no es auténtica (por ej., es una grabación falsa), porque aún siendo verdadera Ud. se ha arrepentido públicamente de ella. Lo que sería absurdo y hasta insultante es que Ud. utilice el testimonio del incriminado para ayudarlo. Por ejemplo, si se lo acusa de haber abusado de una menor, mal puede Ud. aportar en su defensa una carta de la menor declarándole su amor cuando tenía, digamos, 10 años. Si se lo acusa de haber metido la mano en la lata de los dineros públicos, mal puede Ud. invocar el testimonio de su jefe o del jefe de su jefe diciendo que Ud. era un buen empleado.
Pues bien, esto es lo que hace Victor Hugo Morales en respuesta a la acusación, contenida en el libro “Relato oculto”, de los periodistas uruguayos Leonardo Haberkorn y Luciano Álvares, que publica la editorial Planeta (ver acá). En lugar de atacar la prueba, el audio de la grabación de un discurso de homenaje a un mayor del ejército uruguayo Grosso, en un centro de detención clandestino llamado Batallón Florida. En el programa de Lanata aparece un dirigente tupamaro describiendo ese centro, en el que estuvo detenido ilegalmente, y sus conversaciones con oficiales del ejército uruguayo que le contaban como usaban a VHM y a otros periodistas para "lavarle la cara" al Batallón Florida, que tenía fama bien ganada de centro del terror. El libro Haberkorn y Álvares suma además el testimonio de otros oficiales de Ejército (Cedrés, Rosales, Pla, Beneditto, Velasco y Sequeira) indicando que Victor Hugo visitaba el cuartel entre 1975 y 1978 para jugar al fútbol, al básquet, al pool y a la paleta, para comer con ellos, para participar de reuniones sociales.
En respuesta, Victor Hugo imprimió un librito, que tituló Uruleaks (ver acá, en la página del relator del relato), en el que amontona agravios contra los colegas que lo denuncian, conspiraciones afiebradas de sus enemigos para difamarlo, y material desclasificado de inteligencia del ejército uruguayo que indicaría que los militares de entonces lo seguían. VHM dice que hasta lo tuvieron preso por 20 días, pero no aporta mas que conjeturas cuando le hacen notar que fue en cana por agarrarse a las piñas con un rival en un partidito de barrio. VHM dice que el partido era en un barrio que había gente de la Marina... aunque dice que no tiene pruebas para identificar a nadie (ver acá). Y además suma los testimonios de sus amigos Marcelo Araujo y Fernando Niembro, en notas periodísticas, diciendo que cuando lo fueron a buscar a Uruguay, Victor Hugo tenía fama de "zurdo". Araujo y Niembro. Nada menos. Ambos relatores oficiales del mundial de fútbol del 78. Niembro, además, anunciando los ominosos indultos de Menem a los genocidas. Los militares pueden haber escrito eso y mucho más. Pero lo que hayan hecho los militares no "limpian" el prontuario de Victor Hugo, como no limpia el de Jacobo Timerman el hecho de haber sido encarcelado (y hasta torturado) por Camps. La historia no es lineal; los milicos desconfiaban hasta de ellos mismos. Pero el audio con las palabras halagadoras de VHM a los jefes del Batallón Florida sigue ahí.
Cesar Luis Menotti decía de VHM que era una culebra que vino en un camalote desde el Uruguay. Por decirle “culón”, “cobarde” y "matón del micrófono", el uruguayo le hizo juicio al director técnico. Sus abogados habían pedido una pena de un año y seis meses de prisión para Menotti. El juez lo absolvió, considerando que lo de Menotti fue una “legítima defensa” por injurias previas de Morales (ver acá). Para el cierre, una nota sobre las palabras de Menotti publicadas en Página/12, allá por el 98, cuando todavía era Página/12 (acá):


Pero no se te ocurra decirle a un pudoroso inseguro [por VHM] que... los fundillos de sus pantalones delatan cierta tendencia a gramos de más en geografía no deseados. Te manda a juicio oral y público. Y te sobreseen o no te comiste el garrón. De todos modos, te quedará el consuelo de que el otro seguirá “corriendo sentado” y que la gente a la salida de la cancha le seguirá pidiendo autógrafos, alguno le gritará “aguante...”, otro le alcanzará un papelito con su nombre para ser citado en la próxima transmisión, pero casi todos inexorablemente le mirarán de reojo el fundillo de los pantalones.

sábado, 28 de julio de 2012

El deporte argentino en las manos de Independiente de Tandil

Para los que no somos especialmente ilustrados, los juegos olímpicos son un evento que, cada cuatro años, pone en la pantalla de manera ininterrumpida al ex-Gordo Bonadeo para comentar sobre todos los deportes e impresionar a los que creen que sabe de todo. Como al menos sabe mas que uno, al menos en lo personal me siento un convidado de piedra. Tan convidado de piedra como el equipo olímpico argentino, que en el mejor de los casos aspira, como casi siempre, a rascar alguna medallita. Encima, las pocas posibilidades de acercarse al podio parecen diluirse. Veamos.
En el caso de la generación dorada del basquet, es evidente que ya no tiene más hilo en el carretel, mientras USA lleva uno de los mejores equipos de la NBA con Bryant, Durant, Lebron James y Carmelo Anthony y España sigue siendo el principal candidato. O sea, el bronce es todo a lo que se puede aspirar.
Se dice que Las Leonas pueden finalmente en estos juegos dar el batacazo y ganarle a Holanda, o llevarse al menos la de plata. Veremos. Poco y nada entiendo de este deporte pero el DT de la selección de hockey femenino no se parece en nada a sus antecesores, el bueno de Vigil y el Sr. Minadeo. El tal "Chapa Retegui" parece un vende-humo importante. Y sus explicaciones sobre la exclusión de Sole García solo confirmaron que, aunque fuera un buen DT, es un tipo que vale poco, una especie de Falcioni del hockey. Veremos.
La otra chiquita que pintaba para volver a traerse una medalla en el judo, Pareto, se quedó afuera del medallero y con protestas airadas por un fallo de los árbitros que parece que fue decisivo. Qué queda? Los hinchas de Nalbandián, luego del fracaso de Wimbledon, volvieron a vaticinar que estos eran "los juegos de David", que esta vez se le daba, que se volvería con una medalla. Pues bien, ha perdido en primera ronda en poco más de una hora, sin hacerle fuerza a Tipsarevic. Y luego cayó en el dobles con Schwank. O sea, perdió en set corridos en el single y en el dobles. Ya imagino a sus defensores diciendo, como ante cada derrota, que ahora viene lo mejor para "el Rey David", que mañana empieza a prepararse con todo para ganar la Davis... mientras Del Potro pierde el tiempo en Londres para intentar ganar una medalla olímpica que solo le importa a él...
Del fútbol mejor no hablar. Los Grondona y sus socios del gobierno nacional están tan afianzados en sus sillones que miramos los juegos por TV sin inmutarnos. No se trata solamente de que a los hinchas de fútbol nos gustaría ver a nuestra selección en Londres. Se trata de que dado el amateurismo de nuestro deporte amateur, de la ausencia histórica de políticas deportivas, las únicas chances que tenemos de ganar algo en los juegos olímpicos se daría en el único deporte de elite que se juega en Argentina, el fútbol. Pero esas chances se desvanecen por los errores de la conducción de la AFA y del deporte argentino. Quedar afuera de los juegos después de dos medallas de oro consecutivas demuestran que algo huele mal.
Así, estamos en las manos de lo que pueda inventar Del Potro y - tal vez - Pico Mónaco, en el tenis. No será nada fácil, y menos en esa superficie. Será Independiente de Tandil el que con sus dos top ten le dé a la Argentina lo que no puede darle un equipo completo? Veremos.
De todas maneras, parecería que los juegos son más para los jugadores, que para los que somos hinchas. No solamente porque no sabemos nada de la mayoría de esos deportes y no nos impresiona el evento, sino porque desde el día de la inauguración, los deportistas van resignados a no traer ninguna medalla - ahí está el caos de la nadadora Bardach que salió última esta tarde, marcando 4.57 cuando para clasificar a los JJ.OO. el mínimo era 4.41.15 - y parecen mas concentrados en el "orgullo de representar al país" (?) y en la interacción con otros y otras colegas de sus y de otras delegaciones que de la gloria olímpica que persiguen, por ejemplo, Boldt, Federer, o Michael Phelps.

viernes, 20 de julio de 2012

Paciencia y pan duro


Imagínese un partido de fútbol relatado por un niño de, digamos, tres años. Un niño al que le gusta la pelota, que sabe patearla, pero no tiene una noción completa del juego. Ese niño-relator elevaría la voz y anunciaría peligro de gol cada vez que la toma un jugador, en cualquier lugar de la cancha. Cuando la recupera el rival, en cualquier lugar de la cancha, el niño anunciaría "peligro de gol", en este caso, para el rival. Para quienes no vemos el partido y estamos obligados a escuchar al niño, el relato sería casi casi insoportable. A menos que esté relatando al Barsa de Pep, la posesión cambia con frecuencia. Y con la misma frecuencia anuncia el niño que hay peligro de gol casi para los dos equipos. Finalmente habrá un gol. Pero en el medio hemos tenido que soportar innumerables anuncios de peligro no concretados, para cada finta, para cada amague, para cada pelota dividida.
Así, de esa misma forma, han cubierto los medios la negociación por la salida de Riquelme de Boca. Y en ausencia de declaraciones oficiales, los lectores y escuchas se han tenido que comer cada amague, cada finta, cada recuperación del rival, a través del relato de los medios. Riquelme pasó, en 10 días, de jugar en Tigre, a jugar en Argentinos, a jugar en China, a jugar en Qatar, a jugar en Villarrreal, a jugar en el Fla, a jugar en Cruzeiro, a volver a Boca, a retirarse definitivamente. En el medio de estas operaciones, apareció el Chelo Delgado - apenas antes de ayer - anunciando que en un 80% estaba arreglado el pase a Rosario Central. Luego el presidente de Central salió a aclarar que hablaron con Boca... para prorrogar el préstamo de Mendez, pero que de Riquelme ni hablaron. Es más, tuvo que pedir por favor que le creyeran (!!!) que la llegada de Riquelme a Central era imposible.
Se comprende que en la negociación todo valga. Que cualquier táctica sea aceptable con tal de hacerle creer a la otra parte que "no tengo la plata para pagar eso". O que "tengo ofertas de los cinco continentes por mucho más dinero que el que me ofrece Ud." Los medios se prestan a eso porque tienen que llenar sus páginas y porque los lectores quieren saber. Ambos usan y son usados.
Pero en el medio hay personas de carne y hueso que sufren y se ilusionan con estos amagues. Rosarinos - de Central - que comparan la llegada de Román con la de Maradona a Newells (de la vuelta de Diego y de su candidatura al banco de Boca, veneno a Román mediante, no nos ocuparemos en este post... ya lo ha dicho todo el Loco Housemann acá... aunque ya vendrá la vigilanteada de d10s a René). De los hinchas de Flamengo, que mandaron a hacer camisetas como la de Zico pero con el nombre de Riquelme. De los del Cruzeiro y los del Villarreal, que se frotaban las manos. No hay derecho a jugar con esas ilusiones.
Desde luego que Riquelme no es culpable de que cada vez que se meta el dedo en la nariz haya un ejército de periodistas sacándole fotos y especulando los por qué de meterse un dedo en la nariz. Desde luego que tiene derecho a evaluar lo que más le conviene, en lo económico y en lo deportivo. Pero lo cierto es que si uno sabe que cada vez que haga o diga algo los planetas se moverán al compás, es preciso estar a la altura de las circunstancias. Guste o no, no lo estuvo en el anuncio de su salida de Boca por el facebook de su hermanito.
Lejos estamos de suscribir la tesis de que Boca perdió esa final con el Corinthians por el anuncio de Román o de su hermano. Pero lo que sí es un dato duro de la realidad es que Boca va en caída libre desde ese anuncio. A las salidas anunciadas de Roncaglia, Sauro, Ruiz, y Cvitanich, y sorpresiva de Román, se sumaron la ida de Sosa - madrugado Angelici por Velez, y el remate de Araujo, Mouche, Javi García y tal vez Viatri. Faltan Clemente y Erbes, simplemente porque no han llegado ofertas.
La crisis de Boca no es, desde luego, responsabilidad exclusiva de Riquelme. Pero Román no es inocente, en ambos sentidos del término. Y de la misma manera que parece injusto tomar de rehén a los empleados públicos de la provincia de Buenos Aires negándoles el aguinaldo por las declaraciones o las fotos "inconvenientes" que se saca el gobernador, también parece injusto que Boca-institución (no Angelici, ni Crespi, ni Ameal ni ninguno de esos iguales) y que sus hinchas se conviertan en rehenes del supuesto conflicto entre Román, la dirigencia y el cuerpo técnico de Boca. Bancamos a muerte a Román. Pero entendemos al hincha de Boca que tiene las bolas llenas.
En la medida en que somos convidados de piedra, que carecemos de información confiable para opinar sobre los verdaderos motivos de estas movidas, estamos condenados a esperar a que se resuelva todo para hablar con el diario del lunes. Respecto de Boca y respecto de Riquelme. Hasta tanto eso pase, será mejor desconectar las radios y televisores y leer las secciones de los diarios que todavía se dejen leer (la de Espectáculos? la de los chistes? clasificados, no). Dejarle a un niño de tres años relatarnos un partido de fútbol es comerse cada amague, cada finta, de jugadores que se distinguen, precisamente, por amagar y salir para el otro lado.

martes, 17 de julio de 2012

Que trole hay que tomar para seguir

(mientras seguimos procesando el duelo...)

Hemos hablado alguna vez del triángulo virtuoso (o vicioso): dirigentes, cuerpo técnico, futbolistas (ver, por ejemplo, acá). Sin embargo, en los tiempos que corren, esta fórmula es insuficiente para describir éxitos o fracasos. La suerte cuenta. Y los hinchas también.
El importante banderazo de los hinchas de Boca (y de otros equipos) a favor de Riquelme en todo el país, las manifestaciones en River para que se vaya Passarella, la disputa entre la barra brava y la dirigencia de Independiente, y ahora las tensiones entre los hinchas de San Lorenzo y su comisión directiva, demuestran que los hinchas cuentan. No solamente en la cancha, alentando o llamándose a silencio. Sino también fuera de ella, influyendo en las decisiones.
¿Cómo debemos interpretar este poder creciente de los hinchas? (cualquiera sea el alcance de la expresión "hincha"). Confieso que, por ejemplo, las actitudes de los hinchas de River y de San Lorenzo me han parecido desde un principio rayanas en la histeria. Los de River le cargan a Passarella una cuenta que casi no es de él (al igual que lo hacen con el bueno de J. J.). Los de San Lorenzo se siguen reuniendo a pedir por la vuelta a Av. La Plata a pesar de que ya tienen su "Nuevo Gasómetro" y que el proyecto de expropiación que empujan supone hacernos pagar a todos los hinchas de los otros equipos (y a los que no les interesa el fútbol) para indemnizar a los expropiados con dineros que podrían destinarse a pagar, digamos, aguinaldos atrasados. Se pasaron todo el mes de Abril, Mayo, y Junio puteando a sus propios jugadores. Y anoche se cargaron a la dirigencia, en un confuso episodio que empezó en una conferencia de prensa de la comisión directiva, siguió con una agresión de los hinchas interrumpiendo esa conferencia, y finalizó con la renuncia de toda la comisión. Luego, esta mañana, el vicepresidente Aldrey denunció a Tinelli por "golpe de estado" y retiró su renuncia. Tinelli lo descalificó públicamente y, entonces, Aldrey dijo "ahora sí, renuncio". En resumen, no se ve bien estos actos de violencia para forzar cambios que, al menos, deberían votarse y, cuando se ha votado, respetar el mandato de los que ganaron. Así es eso que llamamos democracia.
Sin embargo, las experiencias de San Lorenzo y de River, ofrecen aristas interesantes para los disconformes, algo así como los "indignados del fútbol" (también las ofrecen respecto del futuro político de Tinelli, un truhán llamado a ser todavía mas importante de lo que es, tal vez como dirigente político de esta Argentina declinante... acuérdense).
Hablemos, entonces, de Boca. Falcioni, a esta altura, parece más víctima que victimario. Ya le picaron el boleto. Su salida es inminente, todavía no sabemos en cuál estación. Está sonado. Nunca debió haber sido DT de Boca. Lo ha sido por Ameal, un caradura que va al banderazo de Riquelme como si Falcioni hubiera llegado por sorteo. Falcioni parece uno de esos objetos que se usan y se tiran. Como Almeyda, está para ejecutar lo que le dicen "los de arriba". Y luego volará, como ya anticipó Crespi, diciendo que ni él ni Angelici habían estado a favor de su contratación. De modo que el vértice que corresponde al cuerpo técnico está perdido. Es de equipo chico y está de paso. El segundo vértice es el plantel, que queda diezmado por la baja de Román y los que lo siguen (de Cvitanich a Roncaglia, de Mouche a Chavez y a los otros que se quieren ir). Pero la realidad es que el socio elige solo al tercer elemento del vértice, a los dirigentes. Esos que no supieron ni pudieron retener a Roncaglia, ni siquiera le dieron el seguro que pedía para jugar, sin contrato, una final de Libertadores. Esos que no supieron anticipar que empujaban a Riquelme a abandonar a Boca. Esos que manosearon al uruguayo Sebastián Sosa por 700 mil dólares hasta que Velez abrió la billetera y lo sacó del entrenamiento de Boca. Esos que van ahora en busca de Bologna, a pesar de que Boca es aún dueño del pase de Javier García, de gran temporada en Tigre. Que García sea amigo de Riquelme es menos que anecdótico. Después del descuido por el tema Sosa, lo menos que se espera del dirigente es un gesto de hidalguía. ¿O es que el dinero que no alcanzaba para comprarle un seguro a Roncaglia o para - como mínimo - renovar rápido el préstamo de Sosa ahora sobra para traer a Bologna, Ustari o los otros candidatos de los que hablan? A eso se suma el destrato de la dirigencia de Banfield que, con buen tino, dicen que a Boca no le van a vender nada (si se pudieran compensar esas deudas con devoluciones, con gusto el hincha de Boca mandaría de vuelta a Erviti, Paletta, Luchetti, y al propio Falcioni). Y como si todo esto fuera poco, la salida de Di Zeo amenaza con terminar de pudrirlo todo.
De manera que no se necesitan dotes de adivino para predecir como le irá a Boca durante el mandato del Sr. Angelici. Más allá de la ausencia de éxitos deportivos, su gestión arranca con severas carencias de talento político. Es posible que Boca anime el mediocre campeonato argentino, tiene con qué. Es posible que hasta lo gane. Pero como dijo un político en los 90, cuando el plan Cavallo exhibía sus primeros logros, "aunque salga bien no me gusta" (y lo decía en los 90, no ahora como hacen algunos - y algunas - sobre el cadáver político del pelado, como dijo él mismo anoche en la tele respecto de quienes eran los que le hacían el aguante en los 90, quienes eran los que decían que el riojano era el mejor presidente, quienes le juntaban los votos a ellos para privatizar YPF, quienes le pedían consejo respecto de donde poner la platita de las regalías de Santa Cruz que les dieron a cambio de conseguir esa privatización).
Esta es, entonces, la disyuntiva. Quedarse a esperar que Angelici y Falcioni comprendan que Boca les queda grande o hacer como los hinchas de San Lorenzo y darles el empujoncito. Antes de que sea demasiado tarde.

PD1: si de verdad se confirma el canje Viatri-Marchesín hay solo una posible explicación... un sobre cerrado lleno de papeles verdes a nombre de Angelici y no de Boca.

PD2: para el final el video... si va a llorar, llore con ganas (que HDP este Catulín!)


martes, 10 de julio de 2012

Banderazos, desconciertos, y renuncias


Apenas comienza la segunda parte de este 2012 pero quisiéramos que termine ya mismo. Si el tiempo pone las cosas en su lugar, deberemos esperar algunos meses, tal vez algunos años, para hacer una evaluación completa de lo vivido en estos días con la salida de Riquelme de Boca (que al momento de escribir esto todavía no está confirmada). Pero más allá de esos detalles, se completa un semestre devastador para el Fútbol De Buen Pie, uno que empuja a dejar todo, a dejarse abatir por esta realidad. Un semestre de brutal desesperanza en el que parece que hemos quedado en manos del destino y de los malos.
Primero la renuncia de Guardiola, igual de sorpresiva que de dolorosa. Plagada de intrigas y especulaciones políticas, nunca transparentadas por Pep. Luego la salida de Riquelme de Boca, en el vestuario visitante del Pacaembú, con sonido de fondo de los festejos del Timao por su primera Libertadores. Hay algo en común en estas dos renuncias con una tercera, la de Carlos Bianchi luego de perder por penales la final de la Libertadores del 2004 en Manizales, frente al Once Caldas. Las causas de las tres renuncias pueden rastrearse en diversas internas y tironeos de los renunciantes con "el poder" de turno, léase, comisión directiva y/o presidente. En el caso de Riquelme, la sospecha alcanza también a Falcioni y a su cuerpo técnico. Ninguna de esas renuncias hizo públicas las supuestas razones ocultas. Francamente no alcanzo a comprender por qué, especialmente en el caso de la de Riquelme, si de verdad piensa que sus disputas con Angelici y Falcioni no pasan simplemente por una "incompatibilidad de caracteres", esas razones ocultas no se pueden alumbrar. Si Román piensa que Angelici y Falcioni van a hacerle un mal a Boca, como buen bostero, debería declararlo. Cuál sería el riesgo de hacerlo o el beneficio de no hacerlo? Otra punta para entender esas renuncias tiene que ver con el problema del listón alto, con tener que rendir cuentas todos los días, todos los campeonatos. Después de lo que lograron, respectivamente, con Barcelona y con Boca, Guardiola, Bianchi, y Riquelme están condenados a ganar todo, todo, todo. No pueden ser segundos. Ni pueden empatar un partido. No sólo es la presión de tener que pelear contra la mejor versión de su propia sombra. Es también la certeza de que hay más para perder que para ganar. Intuyo que algo de eso hay en las renuncias de Pep y Román. Me consta que la hubo en el caso de la de Bianchi.
Lo otro que une las renuncias de Guardiola y Riquelme - no así la de Bianchi - es el desaliento que genera entre los que amamos el Fútbol De Buen Pie. No se veían lágrimas sino esperanzas en el banderazo de esta tarde (se veían, también, abrazos y cariños para Tato Aguilera, el cronista "riquelmiano" de TyC Sports, que nunca se cansó de posar para infinitas fotos y hasta autógrafos para los manifestantes). Pero a poco que pensemos un momento, lo que se ve para el futuro es negro e inquietante. Qué nos queda, ya sin Pep y sin Román? Y no es que nos preocupen los triunfos de Mourinho o de Falcioni en caso de que se concreten. Nos preocupa que ya no seremos felices mirando fútbol. Al menos no tanto, ni parecido, a lo felices que hemos sido en este tiempo. Esto último establece taxativamente una obligación de agradecer, en este caso a Pep y a Román, por tanta felicidad. Pero permítasenos el egoísmo y la autoreferencia. Y permítasenos también la licencia ideológica, porque además de una manera de sentir el fútbol, Pep y Román consagraron una manera de ganar. Las películas que escribieron el de Santpedor y el de Don Torcuato, Océano Atlántico mediante, eran todas con final feliz. En esas películas ganaban siempre los buenos. Y los malos se iban entre la silbatina, el repudio de sus propios intérpretes y los escándalos berretas, incluyendo dedos en el ojo de los ayudantes rivales y denuncias paranoicas para disfrazar errores propios. Pues bien, es al menos posible que en las pelis que vienen los malos se coronen y los buenos muerdan el polvo. Será el momento entonces de afinar los argumentos y no dejarse ganar por los números.

domingo, 8 de julio de 2012

RF - La leyenda continúa

(mientras esperamos el banderazo)
El mejor de la historia. Emocionante verlo llevarse su séptimo Wimbledon y recuperar el número uno. Andy Murray fue apenas un invitado a la fiesta de coronación (aunque dió pena verlo llorar como un chico ante la ovación de su público, que quiere a un británico con ese título).
Tenis exquisito, integridad moral, caballerosidad, juego limpio. Que le encuentren por favor una mancha a este tipo porque su perfección intimida a los mortales. Y que linda la ceremonia de premiación, austera, sencilla, sin la repetida enumeración de esponsors y sandeces como en el U.S. Open.
Viva el Rey!

jueves, 5 de julio de 2012

Román, entre Brindisi y los Chalchaleros

El tiempo dirá si el de anoche ha sido el último partido de Riquelme en Boca. Tal vez haya sido su última final de Copa Libertadores, porque a eso es difícil llegar, aunque mucho depende de él. Tal vez sea inteligente retirarse del fútbol antes de que el fútbol lo retire a uno, como han dicho, cada uno a su tiempo, Cagna, Arruabarrena, Ibarra, Barros Schelotto, Palermo. Tal vez sea cierto lo del twit del hermano de Román antes del partido (no tengo twitter). Tal vez sea real que Boca vivía ayer su final contra el Timao en un clima enrarecido por las versiones de la salida de Román. Tal vez no era una mera fabulación periodística.
Lo cierto es que ayer fue Boca el que perdió la final de la Libertadores. Boca. Y no la perdió por la actuación de Riquelme ni mucho menos (aunque sea verdad que de haberla ganado la hubiera ganado por él, como en el 2007). Aunque fuera cierto que había comunicado su partida al presidente Angelici y a sus compañeros antes del partido, sin saber el resultado del partido, su manera de anunciarlo a los periodistas, con el resultado puesto y con medias palabras, no parece apropiado. Esto que digo es, sin ponerme a leer y a escuchar lo que escriben los hinchas de Boca, un reflejo natural de cualquier hincha de fútbol que quiere a su equipo por sobre todas las cosas.
Este blog es, al menos en parte, un homenaje a Riquelme. Sería un insulto compararlo con Mouche o con Falcioni. Pero el principio que determina como evaluamos la conducta de las personas debería ser el mismo para todos. Si le reprochamos a Mouche sus declaraciones después del partido contra Fluminense quejándose porque no había sido titular, mientras sus compañeros y los hinchas festejaban el pasaje de Boca a las semifinales de la Libertadores, ¿por qué deberíamos dejar de aplicar ese mismo principio para juzgar las declaraciones de Riquelme anoche, hablando de sí mismo todavía en el vestuario visitante del Pacaembú? Si le dábamos la razón a Riquelme cuando decía que Falcioni había fijado el entrenamiento para el día siguiente a las 10 AM, en respuesta a la presunta renuncia de Falcioni, ¿por qué deberíamos dejar de aplicar ese mismo principio para juzgar las declaraciones de Falcioni diciendo que el próximo entrenamiento es el 16 de Julio a las 10 AM, en respuesta a las declaraciones de Riquelme?
Encima las intrigas. Porque el argumento de sentirse vacío es una muletilla usada para casos de renuncias complicadas - véase, para casos recientes, las salidas de Bielsa de la selección argentina y de Guardiola del Barcelona apelando a los mismos recursos - pero no para el caso de una jubilación gloriosa y anticipada. Román tiene derecho pleno a elegir como se va. Pero para quienes lo hemos idolatrado, y puedo hablar en plural, nos gustaría más una despedida a lo Verón o a lo Palermo, anunciada con tiempo para que los hinchas la paladeen, para que armen caravanas ofrendándole amor. Una despedida a la manera de los Chalchaleros. Dando vueltas un año entero para recoger el amor sembrado en toda su trayectoria. No una despedida a lo Brindisi, renunciando en el vestuario visitante del Monumental luego de una derrota en un clásico.
Hemos idolatrado a Riquelme por su juego adentro y afuera de la cancha. Esa es, en todo caso, la gran diferencia con Diego Maradona. Por eso, el listón está mas alto, mucho mas alto, para él. Si lo que Román está haciendo con estas declaraciones es mandarle un mensaje a los dirigentes o al DT por asuntos domésticos debería hacerlo en privado y en persona, o al menos luego de resolver el duelo por esta derrota en Brasil. Si el "anuncio" de su hermano fue la imprudencia de un adolescente, debería chequear a quien le da las primicias en instancias decisivas como estas. Porque esto no es solo un tema privado de la familia Riquelme ni un tema laboral de Riquelme con su director técnico y/o con la dirigencia de Boca. Porque mezclar los tantos en esta instancia es jugar con los sentimientos de los que lo queremos.
Y no se trata, amigo lector, de comprar la carroña que venden los medios periodísticos. Cuando ayer, en la víspera del partido, arreciaban los rumores sobre la salida de Riquelme, decíamos lo que decían los hinchas de Boca en las redes sociales en respuesta: "son inventos de Farinella y los periodistas de la contra para escupirnos el asado... vamos a ver que dicen mañana cuando volvamos con la copa... el hermano de Riquelme pasará al olvido..."
Si hace tres semanas, con la triple corona en juego, Román nos decía que estaba feliz jugando en el patio de su casa, si corría como un juvenil recién promovido a la primera, si pedía jugar hasta los partidos de la Copa Argentina, si hasta reconocía que esparaba la convocatoria de Sabella para jugar el partido de eliminatorias con Ecuador (hace apenas un mes!!!), hay algo que no cierra en ese argumento de "estar vacío", de "no tengo nada para dar", mientras de fondo, en la grabación, se escuchan los estruendos de los festejos del Timao...
Mi pronóstico, sin ninguna información que no sean los titulares de los diarios de hoy, es que no se va. Que va a jugar la final de la Copa Argentina. Por lo menos. Acaso nunca sepamos si lo que pronosticamos no es apenas una simple proyección de nuestros deseos.

Capítulo 5: Sin gloria

Así como el título local se perdió frente a Banfield, tal vez la mejor manera de interpretar esta derrota haya que buscarla en el gol de Romarinho en la Bombonera la semana pasada. Román pierde una pelota cerca de la línea central, Somoza pierde su marca, a Caruzzo le aguantan la pelota de espaldas y se le dan vuelta, y Romarinho pica a espaldas de Clemente para definir de manera deliciosa por encima de Orión. O tal vez se perdió en la jugada siguiente: centro de Clemente, frentazo impecable de Viatri, travesaño, rebote para Cvitanich que entra solo y se pierde el gol.
El partido de esta noche en el Pacaembú estaba y estuvo abierto hasta el segundo gol del tal Emerson. El primer tiempo fue de Boca, aunque ninguno de los dos pateó al arco. Boca ganó de arriba en las dos áreas pero cabeceó afuera las situaciones de gol propias. El partido pintaba, como se decía en la previa, para patear penales. Porque los dos equipos son sólidos defensivamente y sus planteos son bastante conservadores. Menos iban a arriesgar en una final. Así que el negocio era no cometer errores y aprovechar la pelota parada. No se le dió a Boca, a pesar de que tuvo más situaciones de pelota parada que el Corinthians. Y el equipo brasilero, igual que en la ida en la Bombonera, en la primera llegada convirtió. Esta vez fue Franco Sosa, quien dejó suelta la bola. Taco de Danilo, definición de Emerson y a cobrar.
Pero el partido seguía abierto. Porque el Corinthians no es un equipo que meta miedo por su poder ofensivo. Había que seguir igual. Intentar por los costados y seguir tirando centros para ver si el rebote le quedaba, esta vez, a los nuestros, como le quedó antes a Emerson. Porque por abajo no se podía. Ellos juntan mucha gente cerca del área propia y achican en la puerta del área, casi siempre bien. Entonces tenía que ser por arriba. Pero sin desesperarse. Sin embargo, Falcioni cambió el libreto. Apuró el cambio mandando a la cancha a Cvitanich por Ledesma. Con Closs coincido en que ese primer cambio tenía que ser Viatri. El que salía debería haber sido Mouche o Silva, ambos de pobre partido y sin justificar el cartel de estrellas que se autoadjudican. Salió Ledesma, igual de bajo (pero el que debía entrar era Rivero).
Boca no sintió las ausencias de Roncaglia ni la Orión en medio del partido. Si sintió la ausencia de Sanchez Miño, mientras los hinchas se preguntaban en los foros partidarios porque no juega Clemente en el lateral derecho y Sanchez Miño en el izquierdo ante la deserción de Roncaglia. Si sintió la ausencia de un centrodelantero que hiciera goles y no jugara todo el tiempo a los autitos chocadores. Si sintió la ausencia de un Cvitanich en el nivel del 2011, antes de la lesión. Riquelme tuvo un buen primer tiempo y un segundo para el olvido. Schiavi, una pena, regaló con su error el segundo gol del Corinthians que sentenció el pleito.
El equipo brasilero gana esta Libertadores en condición de invicto, con un solo gol en contra de visitante (el que le hizo Neymar en las semifinales). Le ganó a todos los que le tenía que ganar. No quedará en la historia del fútbol sudamericano porque no juega como equipo brasilero. Pero no se pueden negar sus méritos. Ello aunque si la lógica hubiera imperado en estos momentos se estaría jugando un alargue intrascendente para resolverlo en los penales. Pero cuando los astros se alinean en contra no hay caso... Hace unos años Boca hizo famoso a un mexicano, el Bofo Bautista, un jugador mediocre que se destacó por ganarle una serie de Libertadores a Boca. Hoy es el día de Emerson, otro jugador del montón con la suerte de haber estado en el lugar preciso en el momento apropiado.
Vendrán ahora las miserias conocidas. Los reproches al técnico. Las acusaciones veladas al capitán (y los rumores de su retiro o pase al exterior). La pasada de factura a Schiavi. Los cachetazos a Angelici por los episodios de Roncaglia y Cvitanich. Las versiones sobre pases, retiros, y demases.
Pero estoy seguro de que el hincha no perderá de vista las conclusiones verdaderas. Desde el torneo anterior - en coincidencia con el retiro de Martín Palermo - Boca pacificó el vestuario, ganó de punta a punta y en condición de invicto el campeonato anterior, y se mantuvo hasta el último día de competencia en condiciones de ser campeón. En el torneo local, en la Libertadores y en la todavía abierta Copa Argentina (el título que menos interesaba e interesa). Y lo hizo con un juego sólido, sin fisuras, con el mejor fútbol de Argentina, de la mano del mejor jugador argentino sano, feliz, y en buen nivel. Sin pasar verguenza. Y en el caso de esta final frente al Timao, derrotado solo por la mala suerte (y por tres errores defensivos). Esos son hechos. Lo demás es la escoria que esperemos que entre la dirigencia, el cuerpo técnico y el plantel puedan mantener controlada. Aunque ello vaya en desmedro de los intereses de los periodistas.

domingo, 1 de julio de 2012

Visca Espanya (ex-furia)

Lo que Cruyff no pudo hacer con su Holanda (será Pep el próximo DT de la naranja?) lo ha conseguido en los últimos cuatro años con la selección española de fútbol. Porque esta hegemonía no se explica por el talento de Del Bosque ni es un reflejo del fútbol español. Es, simplemente, el triunfo de la Masía. Por esas cosas de la geografía y de la geopolítica, Barcelona todavía es parte de España. Y por ese motivo y solo por ese, el combinado de Cataluña reforzado con algunos jugadores nacidos en el reino de España, vuelve a levantar la Eurocopa después de haberse alzado con el Mundial del 2010.
No sólo se trata de aportarle la columna vertebral y el talento a esta selección española. La principal contribución de la Masía y del Barsa de Pep a estos triunfos internacionales de España es haber alterado radicalmente la identidad futbolística de la selección española. Una escuadra a la que se llamaba "la furia" porque era a eso a lo que jugaba: a la furia.
Pues bien, desde la llegada de Pep, y de Xavi, Iniesta, Busi, Puyol, Pique, Cesc, Villa, y ahora también se suma Jordi Alba, España juega Fútbol de Buen Pie. Lo hace consistentemente. En las buenas y en las malas. Esa columna vertebral culé consigue cosas tan extraordinarias como que el Niño Torres sea goleador de la copa. Cosas tan impensadas como que Arbeloa amague antes de tirar un centro. Cosas tan increíbles como que Sergio Ramos vaya al área rival a terminar una jugada de taco. Esos mismos jugadores del Real Madrid, que juegan en su equipo al contragolpe, a rebotear, a ver que pasa, en la selección de Del Bosque van al frente. No por Del Bosque, sino por Xavi, Iniesta y Busi que los arrastran a jugar al fútbol. En la semana se lo comparaba con el Brasil del 70. Para no dejar dudas, cerraron la final contra Italia con la misma goleada.
 España le ha ganado a casi todos en este tiempo (le faltó ganarle a Brasil, creo que el único que podría haberle ganado en el mundial 2010). La anterior edición de la Eurocopa se la llevó superando a Alemania. Esta se va con un 4-0 demoledor frente a la Italia de Prandelli, que mostró cosas interesantes en los partidos anteriores frente a Alemania y a Inglaterra pero esta noche no fue ni chicha ni limonada. Dejó jugar a España más de la cuenta y no supo reaccionar ante la temprana desventaja. Y encima tuvo que jugar 30 minutos con uno de menos por haber agotado los cambios y perdido por lesión a Thiago Motta en el primer balón que tocaba.
Hubo un tiempo en el que el Real Madrid poblaba las filas de la selección española. En ese tiempo, España era "la furia". Desde la Masía y a partir de Pep, Cataluña ha convertido a España en la principal potencia futbolística del mundo, como espejo del Barsa maravilloso que es tambíen el mejor equipo de fútbol que se ha visto en los últimos 30 años, por lo menos. Que paradoja. La economía catalana salva a España de la pobreza. Y el fútbol catalán lleva a la selección de España a la "triple corona".
Mientras tanto, la falta de generosidad de la prensa madrilista, esa que responde al puto jefe, es rayana en el descaro. Un descaro que parece les impide decir abiertamente lo que tienen que decir: "Gracias Barsa! Sin Uds. no hubiéramos pasado de cuartos de final!"

Sobre el día del Padre (con delay)

El día del Padre, hace dos semanas, Boca perdió el campeonato con Arsenal. Y lo que era un post sentido acerca del significado de la paternidad en el sentido literal y en el futbolístico, trocó en un post sobre el sentimiento xeneixe aún frente a la goleada dolorosa sufrida en la Bombonera frente al equipo de los Grondona. Hasta que ayer leí en Olé otra nota maravillosa de Martín Caparrós, hablando de cosas parecidas, desde su corazón bostero. Lo que había escrito originalmente en mi post se parece en mucho a lo que escribe Caparrós. A la elección de tus colores, en el contexto de la relación con el viejo. Y a la relación con los "hijos" futbolísticos. Pero Caparrós escribe tan bien que me da verguenza publicar el mío. Es que el tipo escribe bien.
Ahí va el párrafo que me arrancó algunas lágrimas, aunque recomiendo su lectura completa (acá):

"a principios de los ochentas, cuando tenía seis años y Boca no ganaba nada, sus compañeritos del colegio, tan blancas palomitas, lo cargaban por bostero, y tenía un tío de Independiente que lo asediaba, le regaló la camiseta, le contaba los triunfos de los rojos –que acababan de llevarse una Libertadores-. Ricardo estaba a punto de ceder. Hasta que su padre lo llamó para una charla de hombre a hombre: –¿Vos lo querés a tu papá? –Sí, claro, papi. –Y si yo estuviera enfermo, ¿me seguirías queriendo? –Sí, papi, claro. –Entonces, ahora que a Boca le va mal hay que quererlo más que nunca. Le dijo su padre y el chico lloró y ahora, ya hombre, lo recuerda cuando lleva a su hijo a la Bombonera. Y quizá vuelva a recordarlo dentro de unos meses, cuando aparezca River, ya de vuelta de su viaje al más acá, y el hombre pueda gritar junto a su chico y otros miles de padres e hijos las dos palabras más hirientes: Hijos Nuestros."


Para los que alguna vez, de muy pequeños, fuimos hinchas de River, nada se valora más que el empeño de tu padre para que elijas lo correcto. Eso es lo que, imagino, hace la diferencia entre ser un buen padre y no serlo. Entre mi viejo y el de Matías Almeyda. Gracias Papá! Por salvarme de la B!!!!!!!!!

PD: sé que en este contexto la foto o el video debería ser de un Mouzo, de un Rattin, de un Gatti o hasta de un Passucci. Pero para esta ocasión, en la antesala de una final de Libertadores, vuelvo a la palabra del inolvidable Patrón Bermudez.

jueves, 28 de junio de 2012

Capítulo 4: Seguir igual

En un día de primavera en medio del invierno porteño, que tal vez quede en la historia no por una final de Libertadores sino por el primer paro general de la CGT en una década, Boca desperdició la oportunidad de ir a jugar con ventaja la revancha al Pacaembú la semana próxima frente al Corinthians. Mereció ganarlo. Y estuvo cerca del 2-0. Pero apareció Romarinho, el muchachito este que hacía su debut en partidos internacionales, después de haber marcado un doblete en el clásico contra Palmeiras el domingo pasado. Y en la primera bola que tocó, a los 40 del segundo tiempo, la mandó a guardar picándola de manera exquisita por sobre el cuerpo de Orión.
El 2-0 se transformó en 1-1. Antes había marcado Roncaglia, luego de que el primer marcador central del Timao rechazara con la mano, en la línea del arco, un cabezazo del uruguayo Silva. Debió ser penal y expulsión para el brasilero. Fue gol de Roncaglia y apenas una amarilla. Tal vez haya compensado el árbitro chileno, ya que Roncaglia jugaba gratis desde el primer tiempo, luego de una falta brusca cometida cuando ya tenía tarjeta amarilla.
Boca pudo ponerse en ventaja nuevamente en el minuto 90: centro de Clemente desde la izquierda, cabezazo impecable de anticipo en palomita de Viatri que reventó el travesaño. La pelota le cayó en los pies a Cvitanich. Pero no pudo convertir.
Boca fue firme (salvo en el gol) y transmitió la confianza de siempre en finales continentales, a pesar de haber sido un equipo demasiado largo. Los defensores xeneixes no pueden jugar mano a mano con los veloces delanteros brasileros, así que el partido que le conviene a Boca es uno de contragolpe. El problema es que para jugar de contragolpe se necesitan delanteros con pimienta de los que Boca carece. Silva a esta altura es un verdadero fiasco; Viatri debería tener mas minutos: la única pelota que tuvo reventó el palo. Mouche sigue hilvanando errores e imprecisiones. Cvitanich es una sombra de lo que supo ser. Hoy estuvo muy bien la línea de volantes, con un despliegue encomiable. Aunque se extraña a Sanchez Miño.
El Corinthians no parece un equipo brasilero: juegan con el cuchillo entre los dientes, casi sin posesión, golpean bastante, se multiplican, y están cómodos en el contragolpe, veloces aunque imprecisos.
La serie sigue abierta. Queda sabor a derrota porque se estaba palpitando una victoria. Pero el empate no es un resultado malo. Boca puede convertir un gol o más en Brasil. Aunque no contará, probablemente, con un Timao desesperado yendo a buscar el partido. Más que practicar penales hay que practicar definición.
Hace unos meses Boca perdió el largo invicto frente a otro equipo brasilero, el Fluminense, en otra noche de miércoles como la de hoy. Dijimos entonces que jugando así Boca iba a seguir ganando. Y así fue. Mantenemos el diagnóstico. Es cierto que Boca no vuelve bien y que parece que lo agarran mal parado cada vez que sus volantes o delanteros pierden la pelota en ataque. Pero también lo es que Boca creó situaciones suficientes como para ganar este partido y que volverá a crearlas. La clave es embocarla. Para que no pase como esta noche.

domingo, 24 de junio de 2012

Campeones. ¿Mejores?

Campestrini invocó a Riquelme para sacar pecho por el flamente título. La frase atribuida a Román reza que el campeón es el mejor. Minutos después fue Leguizamón el que suscribió la frase: si somos campeones es porque fuimos los mejores. La sentencia de Román puede leerse de varias maneras posibles. Lo cierto es que difícilmente Román estaría dispuesto a llevarla al extremo de decir que Alemania fue mas que Holanda en el 74 o que Grecia fue la mejor selección de la Eurocopa del 2004. Sin embargo, cuando el campeón se decide mano a mano, tiene al menos algo de sentido decir que el gana es el mejor. Pero en campeonatos de todos contra todos, la evaluación de quién es el mejor depende de cuando se haga el corte. En el mejor de los casos, este Arsenal es el mejor equipo de las últimas 19 fechas, de una rueda. Pero podría hacerse campeones cada 5 fechas o cada 10 y la respuesta podría ser diferente en cada corte. En el formato de campeonato largo, de 38 fechas, Boca es el primero lejos, con una luz de 12 puntos de diferencia sobre Velez, el merecido segundo. Ambos llegaron hasta instancias decisivas de la Copa Libertadores. Eso explica por qué aflojaron en el final de este Apertura. Pero en un torneo largo Boca hubiera salido campeón antes del fatídico partido contra Banfield. Es verdad que el final del campeonato no hubiera tenido la emoción de este. Es verdad que hubiera sido aburrido que solo jugaran por algo los equipos del fondo de la tabla, mientras Boca pondría suplentes para jugar sus últimos cuatro partidos del campeonato con el título asegurado, mirando la Libertadores. El segundo, queda dicho, ha sido Velez. El tercero Tigre. Recién en la cuarta posición aparece Arsenal. Lo cual no deja de ser meritorio. Pero dista mucho de reunir las condiciones para decir que Arsenal es "el mejor". Pronto, la semana que viene, nadie se acordará de este campeón. Y no (s ólo) porque carezca de figuras y de hinchas. Sino porque ocupa el lugar que dejaron otros y porque ha apostado a un fútbol ramplón y amarrete, mas preocupado por la pelota parada y las divididas que por tratar bien a la pelota. En ese sentido, la tabla general de las 38 fechas no miente y los 3 mejores han sido, sin dudas, Boca, Velez, y Tigre. La prueba de que Arsenal no es el mejor es que cuando comience el nuevo torneo, en Agosto, a pesar del título, seguiremos diciendo que Arsenal no es candidato. Ni aún siendo el campeón vigente.
Con Velez y Boca en la Copa, este torneo estaba diseñado para el Racing de Basile y el Independiente de Ramón Díaz (mas tal vez Estudiantes). Pero esos se cayeron y Boca y Velez se quedaron sin nafta.
Tigre, al menos, se salvó de la promoción. Como Rafaela, el campeón anterior del título que ganó River ayer. Y San Lorenzo, que estuvo en descenso directo hasta el final del primer tiempo, se repuso y quedó en promoción. Y a pesar de sus severas limitaciones, probablemente prevalezca frente a Instituto,  el equipo de Franco que mejor jugó al fútbol en la B Nacional pero cuya confianza se desmoronó desde que tuvo que ponerse la pilcha de candidato (0-3 frente a Ferro es una demasía reveladora). Por la otra promoción vienen Central y San Martín de San Juan. La emotividad de mantiene. La mediocridad también.

sábado, 23 de junio de 2012

Al Obelisco

El Obelisco de Buenos Aires es el lugar de la ciudad que ha congregado históricamente a los hinchas de fútbol para celebrar las gestas más gloriosas del fútbol nacional e internacional. Hoy se vistió de rojo y blanco para una celebración, que no es festejo (Passarella dixit), del campeonato de la B Nacional. Para el fútbol argentino es una buena noticia el retorno de River. También lo es - y dicho sin ironía - para el hincha de Boca que por el momento no tiene clásico en la A.
Se entiende el alivio - aunque no la euforia - de los otrora millonarios. El descenso de River fue, además, muy refrescante para quienes pensamos que hay ciertas cosas que en el fútbol no pasarán jamás porque los poderosos del fútbol no dejarán que pase. Es cierto que Pezzotta concedió aquel penal que no fue y que malogró Pavone frente a Belgrano de Córdoba. Es cierto que Lunati le dió la semana pasada otro penal inexistente e injusto a los 40 del segundo tiempo, malogrado por el Chori Dominguez, contra Patronato de Paraná. Y hoy Toia, el árbitro especialmente designado para este partido tan importante, no sólo le dió un nuevo penal, hoy malogrado por Trezeguet, sino que además ignoró la clara posición adelantada de Funes Mori en el primer gol de River y malogró un ataque claro de Almirante Brown por una posición adelantada inexistente.
Todo esto en el conexto de la gran tensión que se vivía en el Monumental cuando al término del primer tiempo, River seguía 0-0, al igual que Instituto, y Quilmes, con su 2-0, se aseguraba el ascenso directo. River no había casi pateado al arco durante el primer tiempo. Se venía, entonces, un desempate contra Instituto de Córdoba. Y el desconcierto que se palpaba en las caras de los hinchas de River en las imágenes televisivas del entretiempo iba acompañado del desconcierto de adentro: Almeyda dejaba en los vestuarios a Cavenaghi y mandaba a la cancha a Funes Mori para salvarle el partido. Como frente a Patronato, Funes Mori fue el protagonista de la polémica a favor de River, esta vez con un offiside muy claro que Toia y el línea Fabio Quiroga eligieron ignorar. Todos los medios reconocieron la trampa (ver acá). Visto esto, ya sabemos quién ganará el título de primera división, sea mañana en forma directa o en dos semanas si hay partido desempate: Arsenal acaricia su primer título en la primera del fútbol argentino.
Este 23 de Junio quedará en la historia como el día del regreso de River a primera división. Felicitaciones a los hinchas, que vuelven a la categoría que les corresponde, por historia, por hinchada, y por títulos. Ahora, para poner las cosas en su lugar, no olvidemos que los últimos campeones de este torneo no fueron el Milan y el Real Madrid, sino Atlético de Rafaela, Olimpo, Atlético de Tucumán, y San Martín de Tucumán, equipos sin los recursos económicos y el poder político de River, que no tuvieron la oportunidad de llevar sus hinchas a los partidos de visitante, ni de sacar de sus canchas a sus rivales como hizo River, por ejemplo, la fecha anterior, cuando se jugaba la clasificación a primera en el estadio de Colón de Santa Fé frente a un equipo de Paraná. Esto para no reiterar las cuestiones referidas a los fallos arbitrales, que en los partidos decisivos han sido, como testimonia la foto de arriba, determinantes.

viernes, 22 de junio de 2012

Capítulo 3: Superioridad anímica


Lo dijimos en un post anterior, después de la definición de la Copa del Rey (ver acá): si tengo que jugar una final, eligiría enfrentar a un equipo que dirija Bielsa o alguno de sus discípulos. No tanto porque dejan jugar o se regalan en defensa, sino porque son tibios para jugar finales, porque no saben transmitir una mística de la que carecen.
Sampaoli quiso atacar a Boca en la Bombonera y en el Nacional de Chile. En el partido de ida le hicieron precio y se fue "sólo" con un 0-2 a Chile. En la vuelta, anoche, debió haber terminado 0-3 el primer tiempo. Si fue empate hay que atribuirlo al travesaño que le negó el gol a Román y a la impericia para definir de Mouche, que se perdió 4 goles hechos. Boca terminó sufriendo más de la cuenta por no convertir. Pero la U nunca transmitió la sensación de que podía pelear esta definición. Como si el partido le quedara grande. Como si a los jugadores chilenos les hubiera pesado demasiado el compromiso. Ahí es donde hace la diferencia Boca. Merced a la experiencia de Riquelme, de Schiavi, de Clemente, de Ledesma. Erviti volvió a redondear un partido perfecto. Y Somoza, Caruzzo, Orión, y Silva estuvieron a la altura de una final. Ciertos es que la U perdió 3 o 4 goles en el segundo tiempo y que el travesaño también le negó otros dos. Pero la presencia de ánimo era tan minúscula que aún si hubiera tenido superioridad futbolística difícilmente se hubiera plasmado en el resultado.
Se viene ahora el Corinthians, que sorprendió eliminando al último campeón, al Santos de Neymar. Viene invicto en el torneo y con antecedentes que meten miedo. Boca no tiene un gran volumen de juego pero conserva la actitud y, si puede embocarla, puede manejar estas finales, en las que ya tiene suficiente entrenamiento. Lo que necesita es mayor puntería, tranquilidad, y a Sanchez Miño en la cancha, de lo que sea. Queda debiendo algo. Pero es parte de una discusión más profunda respecto de a qué juega y a qué puede jugar este Boca con Riquelme y con Schiavi en la cancha. Ya hablaremos de eso.

domingo, 17 de junio de 2012

Capítulo 2: Gris como la tarde

No se deje engañar por el sonido ambiente. Parece que el que ganó 3-0 fue Boca, por la manera en la su hinchada siguió alentando hasta luego del final del partido. Pero en algunos barrios los que festejaban eran los hinchas de River. Porque esta vez la gloria fue de los otros. De Arsenal, en este caso. Que aprovechó (otra vez), su gol en la primer llegada del partido para luego replegarse, pararse de contra, y hacer tiempo hasta sacar de quicio a Boca, que nunca tomó el control del partido.
Mi sensación es que Boca perdió casi todo contra Banfield en la fecha anterior, cuando no pudo sacar ventaja del hombre de más y encima desgastó a sus titulares frente al peor equipo del campeonato. Ese era un partido para jugar con los suplentes. Como hacía Bianchi. Porque están frescos. Porque pueden jugar con otra intensidad. Como la que jugó Arsenal esta noche. Y porque además llega de punto y no de banca.
El equipo de Sarandí es un cachivache, como dijo su presidente. Pero ligando un gol de entrada se llevó una goleada histórica que muy probablemente termine en su primer campeonato. No por su volumen de juego, porque como demostró Tigre anoche, el equipo de Arruabarrena juega mucho más a la pelota. Pero sabe a que juega, tiene buena pelota parada, y cuenta con la inestimable ayuda de los árbitros, que, como se sabe, responden a las directivas del otro Grondona, el propietario vitalicio de la AFA.
Pero no seamos apresurados: Delfino no tuvo nada que ver en esta goleada de visitante. Alfaro le ganó el duelo a Falcioni desde el primer minuto. El colombiano Carbonero hizo lo que quiso con Roncaglia. Y Falcioni no llegó a corregir porque, encima, se quedó sin Insaurralde por lesión (otra más) y tuvo que correr a Roncaglia de segundo central. Pero no sólo perdió Falcioni. Schiavi tuvo responsabilidad directa en los tres goles de Arsenal. No hay que ser ingratos con el Flaco, pero no puede jugar mano a mano con delanteros rápidos en espacios grandes porque con el oficio no le alcanza... tiene 39 años! Sosa volvió a demostrar que la camiseta de Boca le queda grande (y encima se fue expulsado). Y ni Chavez ni Mouche estuvieron a la altura de las circunstancias. El ingreso de Viatri reforzó la idea de que tiene que ser titular, al menos si la alternativa es Blandi, otro que no da la talla, excepto para el banco de suplentes.
Todo hubiera sido distinto si no entraba el gol tempranero de Zelaya. Le pasa a casi todos los equipos. Al Barsa también. Por eso la ventaja de 2-0 frente a la U. de Chile es promisoria. Porque hay que aguantar un resultado. Y a eso Boca juega mejor. Por eso un triunfo frente a Banfield le hubiera permitido arrancar este partido con el empate a favor. Sin la responsabilidad de ganar o ganar. La ventaja de 2-0 a la U no es definitiva. Pero si hace un gol en el primer tiempo lo liquida.
El campeonato estalla por arriba y por abajo. Tigre se juega la permanencia en primera frente a Independiente pero puede ser campeón. Puede jugar un desempate para ser campeón y otro para quedarse en primera. Arsenal juega cómodo frente a un Belgrano que no se juega nada. San Lorenzo, San Martín de SJ, Atlético Rafaela y Banfield pelean con Tigre el descenso directo y las dos promociones. Y del otro lado, del de abajo, River e Instituto pueden ascender directamente si ganan sus partidos por la defección de Rosario Central. Lunati, además, demostró ayer que hay un gremio dispuesto a ayudar. Pero tienen que embocar los penales...
Boca, por su parte, debe olvidar esta goleada en casa, arrojar la mala onda por la ventana, y ganar o empatar en Chile el partido de vuelta. Para no quedarse con las manos vacías. Porque la ley de hierro que no se pueden ganar las dos cosas juntas se sigue cumpliendo. Por eso Boca y Velez no pelean el campeonato. Por eso lo hacen Tigre y Arsenal.

jueves, 14 de junio de 2012

Por toda la gloria: Capítulo 1

Comenzó esta noche la serie de cuatro, con opción a seis, partidos más importantes del año (aunque también resta la final de la Copa Argentina, esa es claramente la copa menos atractiva). Las dudas pasan por saber si este equipo que tiene un promedio de edad alto puede bancar seis partidos de vida o muerte en tres semanas, incluyendo dos viajes al exterior con definición de visitantes incluida. También meten miedo los antecedentes y la confianza de la U de Chile, de la mano de Sampaoli, un discípulo de Bielsa (ver post anterior).
Boca aprobó el examen. Lo aprobó con creces. Más por actitud que por buen fútbol. Aunque en estas instancias, a los hinchas le importa más el resultado que el fútbol. Boca le tiró encima a la U toda su experiencia en Copas Libertadores. Jugó como equipo copero, con mucho temple. Ganó todas las divididas. Fue sólido en el fondo y bastante efectivo en el arco rival, aunque pudo anotar un par de goles más. Los puntos altos estuvieron en el maravilloso Sanchez Miño, que nuevamente volvió a convertir, en Mouche, que entró de titular como reclamaba y fue desequilibrante, en Erviti, de gran despliegue, y en Riquelme, que sin brillar y con problemas para hacer pie por el vértigo que metían los volantes chilenos, le alcanzó para manejar el trámite del partido.
Se pudo ganar por mas goles, lo dijimos. Pero también se pudo sufrir mucho más. Un 2-0 es buen resultado. Ni hablar si Boca anota un gol en Chile en el primer tiempo. Lo que abrió el partido fue el gol tempranero de Silva, que esta vez se tomó su tiempo y definió como corresponde, media vuelta y de zurda. Lo más flojo de Boca estuvo en Ledesma (falto de ritmo?) y en los marcadores centrales. Boca está obligado a jugar cerca de Orión, porque ni Schiavi ni Insaurralde pueden volver. Y si pegan así en Chile, Boca puede terminar con 9 (otro tanto Somoza). No se extrañó a Clemente, aunque Roncaglia es cada vez menos necesario y  podría volver por la derecha. Pero con Sanchez Miño no se metan. Es titular indiscutido en Boca y en la selección.

miércoles, 13 de junio de 2012

Soborno e Incentivación: Es lo mismo

Daniel Pereira, el volante uruguayo de Patronato de Paraná, se ganó las tapas de diarios y suplementos deportivos al reconocer que jugaron incentivados en el partido en el que bajaron a Rosario Central de la punta de la B Nacional el lunes pasado, casi asegurando el ascenso de River. Pereira no hizo m ás que repetir el argumento trillado de que la incentivación no es objetable, aunque sí lo es el soborno. Dijo Pereira: "En el fútbol siempre hubo incentivaciones, yo no tengo problema en decirlo: hemos tenido incentivación de River y capaz tengamos de Central para jugar con River".
Hay tres maneras de defender la posición de Pereira. Y las tres fracasan en proveer argumentos razonables.

(1) Pereira dice que lo que no está prohibido está permitido: "no es ningún delito que haya incentivación, siempre y cuando sea para ir para adelante". El principio, sin embargo, es falso. Muchas prácticas que no están prohibidas son moralmente objetables, por ejemplo, usar bienes del Estado para beneficio privado (piénsese, por ejemplo, en el uso de aviones oficiales para fines particulares como hacía Menem en los 90 con sus familiares y hasta con sus peluqueros). Y hay otras prácticas que están prohibidas pero no deberían estarlo (por ejemplo, fumar marihuana).

(2) Pereira dice que aceptar dinero para ganarle a un rival no es objetable porque es "para ir para adelante". Ese principo es, también, falso. Porque, en primer lugar, desnaturaliza la competencia, incorporando el dinero a una esfera en la que no debería tener espacio. Distinto sería el caso en otro tipo de competencias, por ejemplo las instancias finales de campeonatos donde no se compite por puntos sino en partidos de vida o muerte (figurativamente hablando). En segundo lugar, permitir el uso de dinero para incentivación genera desventajas competitivas para aquellos equipos denominados chicos, que carecen de los recursos para incentivar a los rivales de sus rivales.

(3) Pereira anticipa que "capaz tengamos [incentivos] de Central para jugar con River" (porque juegan con River este fin de semana). El principio es que todos pueden pagar para incentivar a cualquier rival y, por lo tanto, no debería limitarse de libertad de cada uno para hacerle regalos a quien quiera. Uno puede interpretar esas declaraciones de Pereira buenamente y pensar que el uruguayo solamente está describiendo como funcionan las cosas. Pero una interpretación menos ingenua es que le está mandando un mensaje a los jugadores de Central: "o pagan o vamos para atrás". En todo caso, cual interpretación representa la intención de Pereira es irrelevante. Lo cierto es que la segunda es posible. Pedirle a alguien que nos pague para hacer lo que tenemos que hacer se llama extorsión. Y no hay diferencias significativas entre soborno e incentivación. En consecuencia, este tercer principio también falla.

La incentivación tiene una larga tradición en el futbol argentino y difícilmente se vaya a modificar en el transcurso de este campeonato. Pero los argumentos en defensa de esta práctica son endebles y parece que lo que pensamos los espectadores al respecto - esto es, que está mal - es lo correcto. Hasta que nos demuestren lo contrario.